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domingo, 26 de febrero de 2012

Hallan una nueva especie de tortuga que convivió con los dinosaurios en Cataluña

  • Durante los últimos años, los científicos han localizado numerosos fósiles de esta nueva especie en el municipio de Isona.
  • La concha, ovalada, medía 50 cm de largo por 40 de ancho; estas tortugas eran hábiles nadadoras, que vivían en aguas dulces.
  • Esta especie no sobrevivió al Cretáceo y se extinguió junto con los dinosaurios.
 

 

Investigadores de varios centros catalanes publican el hallazgo y descripción de una tortuga de finales de la época de los dinosaurios. Han bautizado esta nueva especie como 'Polysternon isonae', en reconocimiento al municipio de Isona i Conca Dellà (Cataluña), donde se han encontrado los restos fósiles del espécimen tipo.

Durante los últimos años, en el municipio de Isona i Conca Dellà, en la comarca del Pallars Jussà en Cataluña, se han realizado numerosos descubrimientos de restos de tortugas, repartidos por diferentes yacimientos. Uno de estos yacimientos, el de Barranc de Torrebilles, ha entregado restos bastante completos que han permitido describir una nueva especie, Polysternon isonae.

Ahora, investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, de la Universitat Autònoma de Barcelona y el Museu de la Conca Dellà publican una descripción de esta especie en la revista Cretaceous Research.

Los restos hallados en el Barranc de Torrebilles consisten en decenas de placas aisladas derivadas de la fragmentación de las conchas a través de sus suturas, y lo que es más importante: un fragmento de la parte ventral de un caparazón y otra cáscara casi entera que fragmentos de conchas, que sin ser del todo completas, muestran rasgos morfológicos muy interesantes para los paleontólogos y que han permitido describir esta nueva especie. Estos restos se recuperaron durante dos campañas de excavación llevadas a cabo durante los veranos de los años 2008 y 2009.

Entre las últimas de su género 

Hasta ahora se conocían dos especies del género Polysternon: P. provinciale y P. Atlanticum (además de una posible tercera, P. mechinorum), distribuidas únicamente en lo que correspondería a los actuales sur de Francia y la Península ibérica. Se trata de animales adaptados a la natación que vivían en aguas dulces, en las zonas más profundas de ríos y lagos. Concretamente, la cáscara de la nueva especie P. isonae era ovalada, con unos 50 centímetros de largo y unos 40 de ancho.

Sus restos se encontraron conservados dentro de un estrato de arenisca muy duro que actualmente aflora en el Barranc de Torrebilles. Hace poco más de 65 millones de años, cuando murió el animal, este gres no había litificado y consistía en una arena fina que era arrastrada por las corrientes fluviales y que quedó depositada, junto con los restos de las tortugas del Barranc de Torrebilles, en el fondo de uno de estos ríos.

A diferencia de otros géneros de tortugas, parece ser que Polysternon no sobrevivió el final del Cretáceo y se extinguió junto con los dinosaurios. La gran proximidad existente del yacimiento de Barranc de Torrebilles al nivel geológico que nos marca esta extinción del final del Cretácico, nos indica que Polysternon isonae posiblemente fue una de las últimas especies del género Polysternon.

Hay pocas conchas enteras

Es bien conocida la abundancia de restos fósiles de dinosaurios que vivieron hace entre 65 y 70 millones de años en la zona que actualmente ocupan los Pirineos. En esta cordillera se encuentran decenas de yacimientos con restos óseos, huellas y huevos de los últimos dinosaurios que habitaron nuestro planeta. La Cuenca de Tremp es una de las zonas con mayor concentración de fósiles.

Menos conocidos son el resto de organismos que completaban los ecosistemas del final del período Cretácico, consistentes en otros vertebrados, invertebrados, plantas, hongos, etc. Un elemento habitual de estos ecosistemas eran las tortugas. En los yacimientos pirenaicos, sus fósiles son relativamente abundantes y, en general, consisten en placas del caparazón aisladas o pequeños conjuntos de placas que pueden dar una idea general de la morfología y del tamaño del animal. En cambio, el hallazgo de conchas enteras es poco frecuente y aún más excepcionales son los descubrimientos que conservan partes del esqueleto dentro del caparazón.

Informando: http://elarcadelmisterio.blogspot.com/

Fuente: Te interesa.

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